22 may 2010

Informe semanal I


Esta semana ha sido demasiado extraña como para poder contarla al detalle. Para empezar, el lunes cancelaron el vuelo a mi familia y tuve que encargarme de buscar alojamiento para la noche del 17 y tuve que cambiar la fecha del vuelo para el 18. ¿Oh, gran nube de ceniza, cuándo dejarás de atormentarnos? Espero que el mes que viene ni se le ocurra fastidiarme mi viaje o se entera... Lo peor de la situación (aparte del gasto extra que tuvo que hacerse inevitablemente), fue que el martes tenía DOS exámenes para los que no había podido estudiar los días anteriores y para los que apenas pude estudiar el mismo lunes, cosa que había planeado (¿cuándo me daré cuenta de que hacer planes es un error?). Así que el martes, con la preocupación por mi familia y su vuelo, y los dos exámenes esperándome, no estaba en mi mejor estado. Afortunadamente todo fue lo mejor que pudo, y maté tres pájaros de un tiro.

El jueves también tuve examen, uno de esos legendarios en el que nos juntamos muchos colegas Erasmus, y te pegas la inventada del siglo. Tengo que decir que el Lawrence Hall impone mucho, pero ya me he acostumbrado a la enormidad de la sala y al "estúpido" protocolo a seguir para examinarse (digo estúpido, porque después de tanta medida, sigue habiendo lo que en todos los exámenes, copiones, ruido...). Después del examen, me fui de paseo con Susanna, que está de visita por unos días en Londres (es una pena que la mayoría de alemanes se hayan ido en marzo...) y ahí empezó mi empapuzamiento, que no ha cesado desde entonces. Está claro que tenía un nudo en el estómago y se me ha desatado...


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