Por lo demás, todo bien. El lunes pasado estuvimos en el Walkabout celebrando el cumpleaños de Javi, aunque la fiesta duró poco, pero resultó gracioso bailar con canciones como Bamboleo o el ya mítico Volare (también pusieron bastante música menos... Exótica, ¿eh?). El jueves nos pilló de sorpresa el día nacional de Bulgaria, y Bobby se animó a llevarnos a un restaurante de comida típica búlgara que se encuentra en los suburbios de la ciudad (vamos, en el quinto pino). Nos lo pasamos muy bien; comimos bien, bebimos bien, y también bailamos, y la vuelta en metro al final no se hizo tan larga. La verdad es que fue algo bastante espontáneo y salió de maravilla. Y ya el viernes, después de estudiar, fui a clase de salsa (que ya llevaba tiempo sin ir) y me volví loca tratando de aprender las cosas nuevas que se habían ido dando, pero fue también divertido.
A partir de ahí, reclusión quasi-absoluta. ¡Y ya es hora de seguir estudiando que si no se me va el día en nada!
Kiss =)
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