29 sept 2009

London nights

Aún no he conseguido acostumbrarme a la rutina inglesa. Es complicado, cuando vas al supermercado a realizar unas compras a eso de las 6.30 de la tarde y te das cuenta de que faltan escasos minutos para que cierren; y es complicado, cuando pretendes salir a cenar algo fuera y la cocina cierra a las 9.30. Quién entenderá a estos ingleses...

A lo que sí me he acostumbrado, por fortuna o por desgracia, es a las noches londinenses. Hay locales realmente atractivos y amenos por la zona (¡y exentos de humo!), para los que no es necesario un largo desplazamiento. El propio King's College está bien dotado de una discoteca en el Student's Union, y con caminar un poquito más lejos, ¡nos encontramos con el Ministry of Sound! Uno de los destinos que ya constaba en mi agenda antes de venir.

La noche de ayer fue realmente brillante. Cuando entras en un pub o discoteca, siempre corres el riesgo de que haya canciones que te gusten, y canciones que no. Conmigo no se dio el caso anoche y no dejé de bailar en lo que estuvimos allí. Si la cheese music no es lo que os tira, no importa. Ministry of Sound dispone de varias salas, ¡a cada cual mejor! Sinceramente creo que ha sido una de las mejores inversiones de mi vida. Y todavía sonrío cuando se me viene a la mente. La única pega: al ser lunes, y ser una fiesta en la que prácticamente todos éramos estudiantes del King's, Ministry nos cerró a las 3 de la mañana. No está mal teniendo en cuenta que el día de hoy no se podía pasar en la cama...

Son poco más de las 7 y ya está oscureciendo... ¿Debería ponerme el pijama e irme a dormir? I don't think so...

23 sept 2009

Desde Londres con amor

¡No sé cómo he tardado tanto en escribir de nuevo aquí! Asumo que es por la falta de tiempo en las tierras inglesas. ¡Desde el momento en el que pisé Londres no he tenido un solo instante de serenidad!

Nada más llegar a Heathrow sabía que ya no estaba bajo las alas familiares, si no que me encontraba en un país distinto, extremadamente cosmopolita, y un tanto lejos de mi hogar. Sin embargo, darme cuenta de eso no fue del todo demoledor. Ya a la salida del aeropuerto, me sentí como un personaje más de una de mis películas favoritas, Love Actually. Puede resultar ridículo, pero desde aquel preciso instante no puedo quitarme de la cabeza la canción de los Wet Wet Wet...

No tardé en llegar a mi residencia en taxi. Respecto a eso, no puedo quejarme en absoluto. Stamford Street Apartments es un conjunto de apartamentos situado en pleno centro de Londres, inmejorablemente situado. En cuanto dejé mis bártulos repartidos por la que será mi habitación durante el curso, no tardé en hacer migas con un muchacho inglés. Me sorprendí a mi misma hablando con considerable fluidez, aunque he de decir que de mí tal vez se podría esperar más: soy estudiante de filología inglesa.

Ser un erasmus es, como nos dijo ayer el Vice-Principal del King's College London, "a burocratic nightmare", y es una mayor pesadilla aún en Inglaterra, debió haber añadido. Aún no he terminado con los papeleos que tengo por hacer, pero espero hacerlo pronto. Como bien me advirtió mi compañera, la que el año pasado pasó por aquí: "estas cosas se olvidan en cuanto queden hechas, y te quedarás con lo bueno".

Quedan muchas cosas en el tintero pendientes de ver la luz, pero creo que por hoy ha sido suficiente. Sólo quisiera añadir que a pesar de lo movidos que están siendo estos primeros días aquí en Londres, tengo un pequeño vacío aquí dentro que sólo ciertas personas podrán llenar siempre. Espero volveros a ver pronto.

Un beso