25 nov 2009

Despedidas que matan...


De nuevo vuelvo a escribir para celebrar el hecho de haber recibido visita, esta vez por parte de mis amigas. Lo cierto es que, como decía Mirari, parecía "como si el tiempo no hubiera pasado". Supongo que eso es lo bueno que tiene la amistad, que si es buena, es perenne. Echaba de menos todo de ellas, incluyendo sus piques y sus bromas (¿será que soy masoquista?), y el hecho de sentir que pertenezco a algo especial, porque ya lo cité la noche de mi cena de despedida, "no se puede pactar con las dificultades, o las vences o te vencen", y ellas son mi mayor apoyo.

A pesar de disponer de pocos días, creo que hemos hecho un buen trabajo visitando la ciudad. Nos hemos dejado una fortuna en metros y buses, pero ha merecido la pena. Tenemos una colección "bonita" de fotos, unas agujetas de escándalo, y me imagino que bastante sueño acumulado (¿me equivoco?), pero creo que podemos decir que quedamos satisfechas.


Lamento mucho que sólo pudieran venir Nekane y Mirari (y Enara, que también se animó a venir con estas locas) y no pudiera hacerlo Maitane. ¡Pero pronto estaremos todas juntas otra vez! Y eso es lo que me da fuerzas para seguir aquí en tierras extrañas (quizá no tan extrañas a estas alturas, pero...), y al pie del cañón.

Con esta ya es la segunda vez que experimento una despedida amarga en la Victoria Coach Station... Y su vacía vuelta del lugar, con la sensación de que te falta algo, de que algo te espera.


Miss you girls!! T.T


0 comentarios:

Publicar un comentario