Una lata de cerveza, dos filósofos locos y las aguas del Támesis reflejando la noche son suficientes para hacer un momento inolvidable. Puede no tener nada de especial, pero de veras que aquello me despejó la mente y me hizo echar unas buenas risas. Las necesitaba.
"Y se sentía inocente de recrearse en aquel placer ya purgado, como si fueran imágenes de la película que se desarrollaban ante sus ojos. Se encendieron las luces y hubo que tomar una actitud, levantarse, salir a la calle..." (C. M. G.)
3 comentarios:
Ke potito.
Me lo tomaré como un cumplido. No dejes nunca que la cordura te invada completamente, sobretodo por la noche...!
En efecto es un cumplido ;D
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