En todas partes se cuecen habas, hasta en el King's College London. Así que cuando asistí ayer a la manifestación en contra de los recortes departamentales y de personal en el King's College, la imagen se me hizo cuanto menos familiar. El caso es que las humanidades siempre han sido las mártires de la historia en tiempos inestables, y esta vez no iban a ser menos. Desconozco las consecuencias que estos recortes puedan tener en las ciencias, pero creo que algo sé de lo que pueda pasar con las letras; y para muestra, un botón. Para añadirle más dramatismo al asunto, en esta ocasión nos hemos visto cara a cara con un profesor que corre el riesgo de ser despedido, el loco incomprendido de David Ganz. Supongo que lo menos que se podía hacer era asistir al evento que se celebró ayer a la 1 a las puertas del Strand Campus, para apoyar a las víctimas de estas "masacres". El caso es que ayer, con mi trancazo del copón y mis pocas ganas de salir a la calle, estuve allí, con la cara pintanda de verde gracias a Hannah, sacando fotos y grabando vídeos. Si no grité "No cuts at King's" es porque mi garganta no me lo permitió.
Justo después empezó a llover. Teniendo en cuenta mi estado no era un gran acontecimiento que digamos, aunque es cierto que hemos tenido un tiempo atípico durante estos meses. Y tras ir y volver de la biblioteca a dejar unos libros, algunos valientes seguían ahí, a grito pelado: "They say cuts back? We say fight back!" (me gustó este grito en particular, jeje). Con anécdotas como ésta estoy por dar carpetazo a otro semestre más aquí en Londres, semestre que acaba mañana tras mi clase de italiano y la entrega del tercer y último essay (¡chúpate esa!).